El superdeportivo de Audi monta un V10 de 5.2 litros de 610cv y 560Nm de par
Todos soñamos algún día con tener un superdeportivo y seguro que eres como nosotros, que cuando escuchas a uno de ellos te giras a mirar a ver donde esta y admirar a su paso la belleza de la bestia. Por suerte hemos podido estar cara a cara con uno de ellos y poder conducirlo en diferentes condiciones, hablamos del Audi R8 V10 Plus.
Cada día más tenemos en cuenta que vamos para una era diferente en el mundo de la automoción, una era eléctrica o híbrida pero por suerte, aún quedan fabricantes que no pierden la nostalgia y para crear un superdeportivo ponen en su corazón una bestia grande como el 5.2 litros V10 atmosférico. Quedan pocos de esta especie, pero si al leer eso, se te ponen los pelos de punta… te recomiendo que sigas con nosotros.
Todo empezó con….
Audi siempre ha estado ligada al motorsport y siempre con la idea clara: GANAR y ser el más rápido. Ese concepto lo tenían bien asumido pero nunca habían dado el paso de hacer un superdeportivo acorde a ese concepto. Sus coches de calle siempre eran refinados y algunos sectores dudaban de su deportividad pero en Ingolstadt se cansaron de eso y decidieron tomar cartas en el asunto.
Por eso, en 2007 llego el primer Audi R8, un superdeportivo con motor central (el primero de la marca) con un motor 4.2 litros V8 atmosférico pegado al asiento y con 420cv. Esta potencia, como no podía ser de otra manera, iba directa a las «Quattro» ruedas. Con este modelo, la marca daba paso en firme para entrar en un reino nuevo para ellos y la prensa los alabó por ello.
Aquí no se quedaría la cosa, no tardaron mucho en traer novedades y subir la potencia. Del Lamborghini Gallardo, extrajeron el 5.2 V10 de 525cv para dar otro paso adelante y crear un vinculo muy visible con el Gallardo y posteriormente, el Huracán. Con ese mismo motor, subieron el rendimiento y sacaron una edición final, llamada LMX con 570cv, limitada a 99 unidades y con los primeros faros láser.
En 2015, se estreno la segunda generación del R8 y con el mismo motor, el 5.2 V10. Como novedades, se introdujo una llamda RWD con menor potencia y solo tracción trasera. Para acabar esta serie, Audi puso el liston más alto, con la versión Plus y 610cv, que es la versión que tenemos con nosotros. Este 2019, el R8 se ha renovado un poco, con un restyling pero con el mismo motor de base.
Sueño por fuera
El Audi R8 V10 Plus es de esos coches que te hipnotizan. Sus dimensiones son de 4,43 metros de largo, 1,94 metros de ancho y solo 1,24 metros de alto con una distancia entre ejes de 2,65 metros. Su baja altura al suelo es perfecta para conducir pero es algo incomodo para la vida diaria, cuesta un poco entrar y salir del cockpit pero, merece la pena el esfuerzo. Otra dificultad que tendremos es al aparcar y ver los bordillos, rampas o resaltos que se puedan encontrar debido a la poca amplitud de sus ventanillas y cristales.
Esta nueva generación del Audi R8 tiene unas lineas más agresivas que su anterior generación que era mucho más redonda pero conserva el estilo. En el frontal, luce imponente la parrilla «sigleframe» clásica de la marca con unas ópticas láser y LED para los intermitentes. Debajo de ellos, aparecen unas enormes tomas de aire para refrigerar diferentes componentes, entre ellos los espectaculares discos de freno carbono-cerámicos.
En la parte lateral, lo más llamativo son las entradas de aire del motor justo detrás de la puerta, muy necesarias para enviar aire a su gran corazón. Todo ello esta pensado para minimizar el coeficiente aerodinámico sin perjudicar la refrigeración. Las aletas son muy voluminosas y albergan en su interior unas grandes llantas, en nuestro caso eran de color antracita pero se pueden elegir a gusto del cliente y de diferentes tamaños.
Lo más llamativo del Audi R8 V10 Plus, sin duda, es el cristal para ver su enorme motor, un lugar para admirar la obra de arte V10 que alberga. Podemos ver la doble bancada de cilindros, la barra de refuerzo estructural y otros detalles de los ingenieros. Y, para rematar, su zaga, para nuestro gusto la parte más bonita del R8. El alerón de fibra de carbono marca la parte posterior con unas ópticas de LED y unas grandes rejillas de ventilación con su espectacular difusor, que alberga unas espectaculares salidas de escape.
Tiene un motor atmosférico de 5.2 litros V10 que genera 610cv y 560Nm de par, con un sonido celestial
Despierto por dentro
El Audi R8 V10 Plus tiene un interior muy minimalista. Debido a su altura, como hemos comentado antes, nos costará un poco entrar en el habitáculo pero una vez dentro, veremos su diseño peculiar. La calidad de los materiales es excelente pero si tenemos en cuenta su precio, notaremos alguna diferencia con su hermano el Huracán. Algo curioso es su consola central, notamos la ausencia de una pantalla porque solo podemos ver los mandos del climatizador y una salida de aire. La única pantalla que tenemos es la del cockpit, en versión digital y con un diseño soberbio.
Audi ha querido que el conductor del R8 se centre en conducir y lo ha centrado todo en la zona del volante. El Audi virtual Cokpit funciona de manera muy intuitiva con multitud de configuraciones y la más llamativa es el modo que las revoluciones y la velocidad se ponen en una esfera grande central. En su túnel central encontraremos una palanca de cambios parecida a la de un avión y los mandos del cockpit digital.
Su volante nos merece una mención especial, opcional en cuero en nuestra versión, ofrece un tacto espectacular y con unos botones muy llamativos. El primero en rojo, para encender el corazón de la bestia para que empieze a latir, otro justo al lado para modificar las válvulas del escape y a la izquierda, el Drive select para seleccionar los modos de conducción y el último, el Mode Race.
Tras los imponentes asientos baquet, tendremos un compartimento para guardar cosas, una buena idea dado la escasez de maletero. Según la marca, este compartimento tiene 226 litros de capacidad más del doble que su maletero en la parte delantera que es de 112 litros, pequeño pero profundo, suficiente para una bolsa de gimnasio.
Late el corazón
Puede que no te guste el Audi R8 V10 Plus por su diseño, pero su motor atmosférico V10, simplemente te va a enamorar. La versión normal desarrolla 540cv y 540 Nm de par, nuestra versión, sube el listón hasta los 610cv y 560Nm de par. Su rendimiento máximo se entrega al llegar a las 6.500rpm y su corte roza las 8.700 rpm. Este motor va asociado a una caja de cambios S-Tronic de doble embrague y 7 velocidades. La tracción, como no puede ser de otra manera, va directamente a las Quattro ruedas con un diferencial autoblocante en la parte posterior.
Todo este alarde de potencia hacen que el Audi R8 V10 Plus consiga el 0 a 100 km/h en 3,2 segundos con el Launch Control y tenga una velocidad máxima de 330 km/h. Tenemos que tener en cuenta que el R8 pesa en la báscula en 1.454 kilos en seco y 1.555 kilos con todos los líquidos, por lo que nos queda una relación potencia/peso de 2,38 kg por cv. Cifras realmente increíbles pero también lo es la frenada, los frenos carbono-cerámicos son capaces de detener al R8 de 200 km/h a 0 en 10 segundos.
Como detalle, Audi ha pensado también en el consumo, aunque si te compras un coche como este, eso es secundario. Los ingenieros han incorporado diferentes soluciones para bajar el consumo y emisiones como el sistema COD, que desconecta los cilindros cuando no se requiere mucha energía, el modo vela en autopista o el doble sistema de inyección. Según esto, Audi dice que han conseguido reducir un 13% su consumo y homologar 12,3 litros a los 100 km, una cifra difícil de conseguir en realidad, aunque posible.
El circuito, su mejor versión
Pues después de repasar datos y detalles, toca encender el Audi R8 V10 Plus. Nos sentamos, abrochamos el cinturón, ponemos a punto los espejos y pulsamos el botón rojo. En décimas de segundo, la bestia sale a relucir y nos podéis creer que todos los vecinos se darán cuenta que el R8 esta arrancado. Al arrancar el motor emite un sonido celestial y sube de vueltas para estabilizarse.
Salimos a la calle, al principio nos cuesta un poco adaptarnos a el, la posición es bajísima y la visibilidad es reducida, se hace muy difícil ver los bordillos (pobres llantas :-C). El acelerador responde al mínimo toque de nuestro pie y nos hace pensar que debemos ir con cuidado. Es un coche complejo para la ciudad, en la urbe se hace notar su anchura y le cuesta moverse por el denso tráfico que unido a la poca visibilidad, nos hace sufrir un rato.
Por suerte, sabemos que este no es su habitat y que no es un coche pensado para ello. Tenemos la mente puesta y las ganas de llegar al circuito de Barcelona – Catalunya. Salimos de la ciudad, tenemos delante la autopista y apretamos el acelerador para incorporarnos. Aquí si, nos llevamos la primera patada del Audi R8 V10 Plus que nos incrusta en el asiento, salimos como una flecha y las marchas suben sin esfuerzo. Podemos decir que se nota que vamos dentro de un superdeportivo, el sonido es celestial cada vez que el V10 sube de vueltas y la contundencia es demencial. Una cosa que nos ha sorprendido para bien, es el buen tarado de la suspensión, a una velocidad legal, filtra muy bien el asfalto y el coche se nota muy cómodo, eso sí, en modo Confort ya que sí ponemos el Dynamic, el coche se vuelve una tabla.
Antes de llegar a circuito, disfrutamos de las curvas. Es aquí donde el Audi R8 V10 Plus muestra sus cualidades. Modo Dynamic puesto, ritmo alegre y la dirección se muestra dinámica, rápida y eficaz, igual que la suspensión que hace que no tengamos balanceo. Al reducir las marchas, notaremos un petardeo, algo que nos encanta. Si aumentamos un poco el ritmo, nos damos cuenta que el limite de este R8 esta muy alto y podemos apurar en exceso ya que la mordida de los frenos es excelente. No tenemos ni rastro de cabeceo y saldremos disparados a la siguiente curva. El coche te hace sentir muy seguro y eso es bueno pero a la vez, te repite que no te puedes confiar y que el mínimo error se puede pagar muy caro. La idea del R8 es clara: conduce y disfruta.
Pero claro, aquí no podemos extraer todo el potencial del coche, solo el circuito lo puede hacer y por suerte, tenemos parada. Luce el sol en el circuito de Barcelona-Catalunya. Ahora sí, seleccionamos el modo RACE, asiento ajustado, cinturón abrochado y caja de cambios en secuencial. Activamos el Launch Control…. PAM, salimos como un disparo que nos deja pegados al asiento y con la piel de gallina con el V10 sonando a casi 9.000 rpm.
Se hace difícil ver la velocidad, todo pasa muy rápido y vamos subiendo marchas. Primera frenada y nuestro cerebro se incrusta en el parabrisas, el petardeo es melancólico y la violencia de la deceleración increíble. Trazamos las curvas como un sastre dibujando una pieza, rápido y eficaz, el R8 no se mueve, ni se inclina, solo obedece tus ordenes. Los 610cv se notan y mucho, la respuesta es inmediata cada vez que se pisa el acelerador y la subida de la «moreneta» se hace pegado al asiento. Llegamos a la zona del «estadi», frenada fuerte después de la recta y pisamos fuerte el freno, nos hemos pasado de frenada y notamos un poco de sobreviraje pero que se corrige fácilmente. La zaga se descoloca un poco en la chicane de entrada a meta pero si no le buscas las cosquillas, se muestra fácil.
Vuelta tras vuelta, nos damos cuenta que el nivel de agarre de este Audi R8 V10 Plus es altísimo y decidimos buscar un poco el limite en algunas curvas como la «Repsol», la trasera la perdemos pero a golpe de gas vuelve con nosotros. Se muestra más dócil de lo esperado pero cuando superas el limite, solo queda rezar. Por suerte, contamos con Isaac Tutumlu, piloto oficial Audi y con el daremos unas vueltas.
Con Isaac, todo es increíble, si antes todo iba rápido, ahora mucho más, él es capaz de llevar al verdadero límite este Audi R8 V10 Plus y nos damos cuenta lo peligroso que puede llegar a ser. La curva «Repsol» se hace a fondo y las fuerzas laterales son brutales. Al salir de la curva llegamos a la frenada en bajada y una de las curvas más lentas. El R8 se muestra ágil e Isaac nos va enseñando a como traza las curvas, que bien se aprende a su lado, es un placer, sobretodo al darse cuenta como podemos mejorar en cada curva, frenada o trazada.
Me ha sorprendido muchísimo la frenada del R8 Plus dentro del circuito, ya que los puntos de referencia comparados con un GT3 son bastantes parecidos, considerando que estamos al volante de un coche de calle con neumáticos rallados y el otro de carrera slicks y mucho más aerodinámica, es un punto a tener muy en cuenta. Es una gozada poder conducir un coche de manera tan agresiva siendo muy reactivo y fácil de llevar al mismo tiempo, puedes ir por la calle o ir al circuito.
Isaac Tutumlu
Conclusión
El Audi R8 V10 Plus no es un coche que todos nos podamos permitir, es algo obvio mirando su precio. Este R8 acapara las miradas allá donde va y cuando paras en un semáforo las fotos son constantes. Con el nos hemos ido a Mónaco y hemos estado en el circuito de Barcelona-Catalunya, son muchos kilómetros a cuestas y su gasto de combustible ha sido grande, superando los 16 litros de media con picos de 11 litros o 35 litros en circuito. Solo recordad que la gasolina que emplea es de 98 octanos.
Es un coche increíble, te permite ir cómodo en autopista (salud de espalda y riñones) o sacar toda la adrenalina en circuito para convertirse en un coche de carreras. Su motor es lo que más nos ha gustado, es una delicia para nuestras orejas y corazón, el bramido del V10 es música celestial. La caja de cambios también es un punto a favor por lo rápida y efectiva que es, además del modo manual que lleva. Estéticamente es precioso para nuestro gusto aunque, ya sabemos que cada uno tiene un gusto diferente pero podemos afirmar que no dejara indiferente a nadie.
Los únicos detalles a mejorar pero parece difícil, ya que esta diseñado para correr y disfrutar, es su incomodidad para entrar y salir, además de la poca visibilidad en ciudad, lo hacen difícil de llevar en este ámbito. Pero, claro, todo no se puede tener, y estos «pequeños» defectos, no importan.
Este Audi R8 V10 Plus cuesta casi 220.000€ y detalles como la cámara de marcha atrás, opcional o el control de crucero adaptativo o el sensor de ángulo muerto, detalles que para ese precio podrían ser de serie. Una cosa buena, el gran abanico de personalización que tiene como la pintura «camuflaje» mate que es la de nuestra unidad o diferentes colores de piel…
En definitiva, un coche brillante, fabricado para seducir y ser funcional en muchos aspectos, pero a la vez excitante. Audi ha venido con la idea clara, tener un superdeportivo y que sea funcional.
Esta prueba no habría sido posible sin la colaboración de Isaac Tutumlu, Audi Sport, Circuit de Barcelona-Catalunya y Marc Calvo.